30/10/2025
Eficiencia y sustentabilidad en los sistemas productivos de Hereford
Bajo el título “Claves para el manejo productivo: cómo traducir los resultados de eficiencia de conversión y metano en decisiones”, el Ing. Agr. Leonel Aguirre de la Sociedad Criadores Hereford del Uruguay expuso en la jornada “Eficiencia e innovación en la producción ganadera”.
Destacó el trabajo de investigación que Hereford realiza con el Instituto Nacional de Investigación de Agropecuaria (INIA) desde antes de su fundación, en 1976, cuando aún era el Centro de Investigaciones Agrícolas Alberto Boerger (Ciaab).
En Hereford “siempre aspiramos a implementar sistemas productivos más eficientes y sustentables”, aseguró, entendiendo por eficiencia la capacidad de lograr un efecto determinado empleando el mínimo posible de recursos; y por sustentabilidad, el poder mantener ese efecto en el tiempo sin agotar recursos o causar daño al medio ambiente.
Aguirre explicó que son cuatro los pilares fundamentales que explican el por qué Hereford trabaja en la eficiencia de conversión. El primero porque busca “bajar los costos de los alimentos”, con siderando que en ganadería representan “entre el 60% y el 80%” de los costos totales, por lo que “trabajando en eficiencia de conversión obtendremos un impacto directo en los sistemas”.
Segundo, trata de “mejorar la competitividad de los sistemas”, ya que “si usamos mejor esos recursos, vamos a tener un beneficio económico”.
El tercer pilar, “acelerar los procesos productivos, porque muchas veces los animales con diferentes eficiencias tienen el mismo consumo, pero mayores tasas de ganancia, acelerando los procesos”.
En cuarto lugar, por el “agregado de valor a toda la cadena, en el sentido de que cada vez estamos cuidando mejor los recursos con sistemas más sustentables”, lo cual también “beneficia la imagen país” y le da contenido al eslogan “Uruguay Natural” que el país usa como carta de presentación en el exterior.
Esos pilares no son nuevos ni improvisados. La historia de Kiyú en investigaciones que apuntan a ellos tiene más de una década, que Aguirre mencionó de manera concisa: En 2014 se lanza el proyecto “La mejora de la competitividad de la ganadería uruguaya” a par-tir del cual Hereford em-pieza a estudiar eficiencia de conversión. En el 2015 comienzan los estudios piloto con emisiones de metano. En el 2016 se lanzaron los primeros EPDs de eficiencia de conversión, permitiendo el uso de esa herramienta como mejora genética. En 2017 empieza el enriquecimiento de la genómica para los EPDs. En 2018 se publicaron las primeras mediciones de interacciones entre metano y con-sumo residual. 2019 fue el año de la primera generación de animales con evaluación de consumo re-sidual (RFI) en engorde. En 2020 se realizaron las primeras faenas de esos animales, y desde 2021 se comenzó con los equipos Green Feed y con las jornadas de difusión.
Resultados de la eficiencia de conversión
Sobre la eficiencia de conversión, Aguirre dijo que los animales medidos fueron clasificados en más o menos eficientes de acuerdo a su peso metabólico, tasa de ganancia y el nivel de grasa de cobertura, los tres factores fundamentales para calcular el consumo residual, entendiéndose por tal la diferencia entre el alimento consumido y el que se espera que con-suma para las características de cada animal. “De esa manera podemos tener diferentes consumos, diferente performance y diferente grado de cobertura, cuánto el animal tendría que comer y cuánto realmente come”. Cuando el animal consume menos de lo esperado, es más eficiente; si consume más, es menos eficiente.
Las investigaciones realizadas mostraron que “hay una correlación entre la recría y los animales de engorde que es de 0,72, o sea que es alta y positiva, lo que significa que los animales que son eficientes en la recría son muy eficientes en el engorde”, señaló.
El resultado es que en los animales estudiados, los consumos residuales y la variación fenotípica, “proporcionan una base para poder diagnosticar mejor”; posteriormente “descubrimos que la heredabilidad es de 0,25 (media)” que permite “implantar un programa de mejora genética”.
“La genómica, usar los marcadores moleculares, el ADN, identificar los genotipos que nos dan las características”, todo eso, “nos permite tener una mayor predicción del mérito genético y también nos permite tomar muestras de ADN de animales en el campo con genea logía conocida y predecirle el mérito genético”; además “corregir el consumo residual por peso metabólico, tasa de ganancia y cobertura grasa no se correlaciona con las otras características” como pueden ser el crecimiento, peso al nacer, habilidad lechera y calidad de carcasa.
El expositor se refirió a tres trabajos que diferen-tes técnicos de INIA hi-cieron en momentos diferentes. Se trata de los ingenieros Juan Manuel Soares de Lima, Thaís Devincenzi y Bernardo Mendiola, y luego de explicarlos se preguntó cómo se traducen a la práctica los resultados de esas investigaciones, y mencionó cinco puntos clave.
El primero es el “punto de partida” que es algo que preocupa a la Sociedad de Criadores a la hora de visitar a los productores, y consiste en “analizar y ser muy autocríticos de dónde estamos parados y hacia dónde queremos ir”.
Segundo, “la importancia de la genética como herramienta”, porque “si voy a producir pasto y ser más eficiente en la cosecha, que ese animal que lo aprovecha produzca más”.
El tercer punto es el de “la solidez de la información”, con el cual Kiyú cumple respaldado por “2.000 animales evaluados y 5.000 genotipa-dos que resultan en conclusiones sólidas sobre la performance animal”.
Cuarto, es “el efecto acumulativo que es generacional”, lo que significa que vamos mejorando, y nos permite evitar “los animales que son el lastre y sobre todo vamos a sacar a los animales de refugo de nuestro sistema. Eso es muy importante”, para que el promedio vaya mejorando.
Y por último “el impacto del uso en los sistemas”, considerando que es el criador el que elige el toro y define a dónde apunta, pero es el sistema de invernada el que se beneficia por esa característica.